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NO MANCHES!!! NO MANCHES!!!
Con cada libro que leo de esta diosa llamada, Taylor Jenkins Reid hace que me recuerde claramente que es mi escritora favorita. Cada personaje que crea, y su historia hacen que tenga la necesidad de buscar en Google todo acerca de ella, sus partidos, sus chismes, sus redes sociales, ¡TODO!
Y luego despierto y me doy cuenta que en realidad nunca existió. Y me pongo a llorar.
En este libro en verdad siento que Taylor ha escrito a uno de sus mejores personajes, Carrie, el más humano hasta ahora. Y es que leer todo el libro y seguir su vida, su carrera, sus logros ¡Por favor! Me pondría a ver todos sus partidos si es que estuvieran en Youtube. Y ese final...
¡ESE FINAL!
Creo que hace mucho que un final me dejaba tan satisfecha, todo lo que tenía que pasar pasó.
Pero no solo Carrie se lleva el protagonismo, ¡SU PAPÁ!!!!!! De los mejores padres que he leído, y el culpable que haya llorado en medio de mi clase de preparatoria. Javier Soto tenía a sus fans, y obviamente yo soy una.
¡Pero es que hasta Nickie era increíble!
Al final yo también la terminé queriendo tanto, y en el partido final sea quien ganará yo la apoyaba. Estaba como
¡Vamos Carrie!
¡Vamos Nickie!
Eso sí, mientras leía nunca entendí como se jugaba el tenis, y al terminarlo sigo sin entenderlo. Pero aún así sentía toda la emoción en los partidos.
Grandioso libro precioso.
Me acabo de dar cuenta que este es el libro número 100 que he leído en mi vida, que gran coincidencia.