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Un profundo análisis del ajedrez como como vehículo de la expresión y la demostración absoluta de las capacidades latentes en nuestro cerebro, al cual siempre le podemos pedir más, siempre y cuando no nos perdamos en los confusos senderos de la locura. Los personajes antagónicos de esta historia demuestran tener habilidades equivalentes en este territorio de batalla estratégico de piezas negras y blancas, pero cada uno ha llegado a su exquisito nivel de destreza por caminos muy diferentes.
Uno, un genio pero cuya habilidad de limita al tablero, siendo incapaz del resto de tareas más cotidianas como hablar y escribir adecuadamente, o ser capaz de interactuar con otros seres humanos; su contrincante, un prisionero de guerra que abordó el juego de forma teórica como medio de escape de la locura que produce el vacío sensorial de la cárcel, solo para adentrarse en una locura aún más profunda y abstracta.
Genio versus genio, ambos se verán la cara en un duelo que tendrá a los lectores atrapados durante cada página de este libro.