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Imaginen una habitación gigante llena de retazos de tela, todos dispersos por el piso. Cada trozo, aislado, tiene un significado, una textura, una historia, un propósito y un motivo. Ahora imaginen una aguja enhebrada a un hilo largo, larguísimo, interminable. Ahora imaginen a Joël Dicker recorriendo esa habitación y dando puntadas a los retazos de tela, moviéndose de un lugar a otro para unir partes distantes y aparentemente inconexas, ahora unidas débilmente por un hilo carente de tensión. A medida que el tiempo transcurre la telaraña de hilo junta partes cada vez más grandes, que parecen tomar algo de forma, pero que no se han movido de su lugar. Las puntadas se repiten con mas intensidad en algunas partes, otras apenas si han sido tocadas. Luego de horas de oficio de costurero, Dicker toma el hilo y de un potente tirón da tensión a toda la costura, uniendo retazos lejanos, separando otros que parecían idénticos, poniendo de a pares las texturas más contrapuestas.
Y lo que se forma en última instancia es una obra maestra donde cada pieza tiene su lugar, donde la tensión de la costura es perfecta, donde nos quedaremos maravillados frente a la genialidad de alguien capaz de hacer las conexiones necesarias y solo en el último instante revelar el sentido absoluto de su obra.
Así de impresionante es “La desaparición de Stephanie Mailer”. Cada capítulo, cada página, cada personaje, cada transición e interacción, cada flashback al pasado y cambio de perspectiva es absolutamente necesario e indispensable. Cada puntada es fundamental y está hecha con precisión quirúrgica, hecha con la maestría de alguien que sabe mantener la tensión y que sabe nos sorprenderemos cuando finalmente decida unir todos los sucesos en una explicación coherente y magnífica que tendrá confundido al lector hasta el último instante.
Con multitud de personajes, multitud de líneas temporales y multitud de cambios de perspectivas, Jöel Dicker hace un perfecto relato a tres tiempos (y a veces, cuatro o cinco) sobre dos sucesos separados por 20 años pero aparentemente conectados. Pero para sacar a flote la verdad hará falta mucha destreza e imaginación.
Simplemente el mejor thriller que van a leer en mucho tiempo. Imperdible.