Se nota que es una precuela hecha para explicar el origen e historia anterior de algunos personajes (lo dejamos aquí para evitar spoilers) y que es más “ligero” que Mistborn y el Archivo pero no por ello deja de sorprender en cuanto a construcción de mundos, desarrollo de personajes, planting narrativo y finales de escándalo como suele ser ya habitual en Brandon y su estilo inconfundible. Sin duda diría que casi es el mejor libro del Cosmere para empezar, por encima de El Imperio Final ya que es autocontenido, al menos hasta que saque la secuela que tienen anunciada.
Menuda disertación sobre el arte, la belleza y el alma de las cosas.
Sanderson aquí se ha desatado completamente con el Cosmere y nos prepara, a falta del quinto del Archivo, para terminar lo que será la primera parte del universo con un ecuador que parece muy prometedor de cara a lo que venga en los próximos años.
Obviamente no es ni Mistborn ni el Archivo pero creo que está a la altura de El Aliento de los Dioses. Es una novela que es más introspectiva en la psique de los personajes que en la acción en sí misma y que trata más en detalle aspectos de las temáticas narrativas de Sanderson como son la religión, la relación iglesia-estado y la fe por un lado, y la reconstrucción de las civilizaciones, la comunidad y esa esperanza y optimismo en las buenas personas que quieren cambiar el mundo en el que viven, que tanto caracteriza a Brandon.
En cuanto a estructura está dividido en 3 partes y seguimos los puntos de vista de 3 personajes y sus entornos, muy diferenciados en sus tramas al menos al inicio pero que en cierta manera durante toda la narración van teniendo relación e interacción. Como viene siendo habitual, tiene unos plantings narrativos desde el inicio que los va desarrollando, dejando pistas con un final que si bien no es tan épico como en otras de sus novelas es bastante satisfactorio de leer. El worldbuilding no es tan detallado como en otras sagas pero aun así tiene como siempre dos o tres detalles que lo diferencian del resto de planetas del Cosmere y que te hacen pensar en las futuras interacciones que tendrá Sel en el resto del universo, sobretodo sus sistemas de magia, que en este libro es algo más secundario.
Como conclusión decir que si te gusta Sanderson y el Cosmere tienes que leerlo porque es terreno semiconocido y si todavía no te has animado a leer o no sabes por donde empezar es un buen libro para acostumbrarte al estilo del autor antes de meterte en harina con las obras que te dejarán con el culo torcido.
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