Los críticos comparan a Chandler con Dashiel Hammet, pero definitivamente me gustó más este último. Chandler es bien detallista, cosa que me gusta, pero hay algo que no termina de engranar bien. Te venís imaginando el giro que dará la historia, característica muy distinta a Hammet (que te das cuenta hasta en la última línea del capítulo). Le doy un dos porque no me terminó de convencer, pero claro la lectura es entretenida para alguien que sea fanático como yo de las novelas policíacas.
Rápida lectura, no querés perder el hilo desde que comenzás a leerlo. Adrenalina al cien por ciento. Y algo de historia (verdadera) para compensar. No entiendo como no hay una pelìcula de este libro.
Siempre me han llamado la atención los libros que son escritos de manera epistolar, prueba de ello es la Silla del Águila, de Carlos Fuentes, otro de mis favoritos. Éste no se ha quedado atrás. Ya sé que es una película, la cual no he visto todavía, porque quería leer primero el libro.
A veces la felicidad está en las cosas más simples, como el color púrpura...