Mi cerebro no termina de digerir que esto es crónica y no ficción. Duele, asquea y te hace llorar de impotencia, pero es muy buena la manera de relatar de Fernanda.
Hace mucho que no devoraba un libro de esta manera. Una visión súper ácida sobre "ser mujer" en un país como México, sin caer en revictimización ni asumir que una mujer no puede violentar.
Cada uno de sus cuentos están llenos del imaginario del mexicano, en particular del chilango y poderte imaginar esos escenarios futuristas, en conjunto con el transfondo "humano" es tan entrañable